Articulación….. Momento de transición y construcción
Articulación…..
Momento de transición y construcción
Escuchamos: “Mi nene en 2021 empieza primer grado de primaria” … y…“Mi hija entra al secundario” …
A la ansiedad que genera esta transición se suma la incertidumbre producida por estos tiempos de aislamiento.
Y nosotros, como docentes responsables de acompañar en este proceso de cambio, replanteamos nuestro proyecto de articulación resignificándolo a esta realidad. Entonces …
¿Qué es para nosotros la articulación?
Al hacer referencia a este momento surgen diversas posturas.
Hay quienes lo consideran como un paso de un nivel a otro, nosotros lo vemos como un “puente” el cual, el sujeto (alumno) debe atravesar… acompañado, guiado, contenido, no sólo por las personas que integran su grupo familiar sino también por los docentes que vamos a continuar su trayectoria educativa ya iniciada en otros ámbitos, aún dentro de un mismo edificio.
Desde esta idea vemos a la articulación como un proceso en el que interactúan variables propias y las de los miembros de su entorno inmediato. Y es en esta instancia en la cual se entremezclan la incertidumbre, las expectativas, los temores, las resistencias, la alegría, los deseos.
Y también es un momento de goce y de duelos…
Felicidad porque superan momentos de crecimiento… y pérdidas, de lo conocido para adentrarse a un contexto diferente, con nuevos personajes, nuevos roles; lugares a recorrer con amigos conocidos y otros nuevos, y a la vez, construir hábitos “como los chicos más grandes”.
Abordar los aspectos que configuran este proceso no sólo responde al análisis del paradigma al que adherimos; también a las acciones que cada escuela como organización social particular, propone.
Desde esta perspectiva es que decidimos constituirnos en el espacio particular en que la articulación se instituye como acción real aún en estos tiempos de pandemia
Por ello es que nuestro proyecto de articulación tiene sumo cuidado en atender a todas y cada una de esas variables que pueden ser observadas desde varias perspectivas distintas entre sí, pero articuladas en su propósito.
Nos preocupa y ocupa el alumno, sobre todo en esta realidad que nos compromete a afianzar, aún más, los lazos para que el proceso sea lo más apacible posible. Son ellos que en su tránsito por la escuela van modificándose interna, gradual y progresivamente de acuerdo a sus propias construcciones cognitivas y de su desarrollo personal y social.
Si bien las posibilidades de éxito dependen en gran medida de cada individuo, también el entorno, en este caso la escuela, es sumamente importante en el diseño de estrategias de articulación que permitan la resolución de manera positiva.
Y nos ocupan las familias.
Acordar y encontrarnos familia y escuela, para reflexionar juntos sobre este proceso que implica a la vez crecimiento y duelos de todos los involucrados -sobre todo en los niños y adolescentes que inician este nuevo camino- es fundante del clima necesario para que las trayectorias escolares se produzcan en un clima de tranquilidad, confianza y seguridad.
Y nos posicionan en dar respuesta -sobre todo- las decisiones pedagógico-didácticas, siendo fieles a los valores que siempre sostuvimos, instalándonos a favor de la construcción en común de esos puentes necesarios que garanticen el paso de los alumnos de un nivel a otro sin ruptura, sino con continuidad entre los saberes previos y los nuevos.
Ellos, nuestros alumnos y futuros alumnos, nos alientan a enfrentar este nuevo desafío en aislamiento, dando respuestas con la calidad educativa que nos caracteriza.
Lic. Cristina H. Masip
Asesora pedagógica institucional
